La vasectomía es una sencilla intervención quirúrgica que se realiza en los hombres, para evitar un embarazo no deseado al mantener relaciones sexuales con mujeres.

Es un procedimiento permanente mediante el que se intervienen los conductos deferentes por los que se expulsan los espermatozoides. Y el objetivo de la vasectomía es que el esperma, que se origina en los testículos, sea reabsorbido por el cuerpo en lugar de mezclarse con el semen expulsado cuando el hombre alcanza el orgasmo.   

Este tipo de cirugía es mínimamente invasiva para el cuerpo, y no supone un cambio en la forma de realizar el acto sexual ni en el placer que se pueda alcanzar durante el mismo.

La circuncisión es una intervención a través de la que se elimina la piel que recubre la punta del pene.

Se realiza por diversos motivos, como religiosos, culturales o simplemente por higiene personal o en casos en los que sea necesario por motivos de salud. Es una operación muy sencilla que no requiere ingreso hospitalario; y que con los cuidados postoperatorios adecuados, el paciente se recuperará en unos días.

Se puede llevar a cabo tanto en bebés como en niños y adultos. Y su práctica ofrece algunas ventajas para la salud, como una mejor higiene, que disminuya el riesgo de padecer infecciones urinarias, y un menor riesgo de contagiarse con enfermedades de transmisión sexual.

La frenuloplastia es una cirugía plástica que se realiza con el fin de embellecer la zona del frenillo del pene, aportando un resultado mucho más estético. Se elimina el exceso de piel que rodea al frenillo y el propio frenillo, y que en algunos hombres puede provocar molestias, dolor o cierta curvatura del pene.

Tras la operación quirúrgica el paciente se recupera rápidamente, pudiendo retomar las relaciones sexuales en aproximadamente un mes; y sólo es necesario aplicar anestesia local. Y el resultado es un pene estéticamente equilibrado y con una funcionalidad perfecta.

Además, gracias a esta cirugía de frenillo el placer aumentará durante el sexo.

La adenomectomía es un procedimiento quirúrgico a través del que se realiza la extirpación del adenoma de próstata; un tumor benigno que se origina en la próstata provocando una obstrucción en la vejiga que impide una correcta micción.

Esta intervención permite que el paciente, tras el postoperatorio, pueda volver a orinar con normalidad. Tras la operación es necesario que el paciente lleve una sonda vesical, que será retirada después de unos días con una correcta recuperación.

Este tipo de cirugía es importante para que el paciente pueda volver a disfrutar de una vida normal, realizando micciones sin molestias. Por otro lado, realizar una adenomectomía evitará que las molestias y dolores aumenten con el paso del tiempo; pues podrían provocar graves problemas para la salud del paciente.

La vasovasectomía es una intervención que se lleva a cabo para revertir la vasectomía; que consiste en anular los conductos deferentes para que el hombre no expulse el esperma junto con el semen y evitar que la mujer quede embarazada tras el acto sexual.

Esta cirugía se realiza a través de un microscopio diseñado especialmente para operaciones de en zonas del cuerpo muy pequeñas en las que se necesita una gran precisión.

Su práctica se recomienda en aquellos pacientes que desean volver a tener la posibilidad de tener hijos; por lo que se necesita que se vuelva producir esa mezcla de esperma y semen que se había impedido.